viernes, 3 de diciembre de 2010

Mi mano y el papel


"Desde el aire veía la tierra, surcada y malherida por los caminos. Como un mosaico de colores: verdes, ocres.
Los ríos la atravesaban, abriendo grietas en su piel seca y dura. Entonces pensé en cuánta suerte tenían. Suerte por saber a dónde se dirigían, cuál era su destino. Nacieran donde nacieran, se abrían paso en una marcha lenta hacia el mar. Tal vez lo que nos ocurría era que al no saber cual era nuestro objetivo, no conseguíamos la fuerza suficiente para luchar por él. Tal vez nuestro mayor problema era, precisamente, poder elegir"

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